La OMS avisó a España el 30 de enero: «El coronavirus se puede frenar si se aplican medidas»
La UE alertó de que el virus se extendería «con resultados fatales» mientras el Gobierno negaba los riesgos
Coronavirus España, en directo
Inesperado. Imprevisible. Incalculable. Al Gobierno de Pedro Sánchez se le acaban los adjetivos para justificar la falta de previsión frente a la mayor y más grave crisis sanitaria que ha sufrido España en tiempos modernos. Pero lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió a España en enero, tras una reunión de sus mayores expertos en Ginebra, sobre las proporciones de lo que se avecinaba. E instó a tomar medidas drásticas para frenar una potencial pandemia. Consejos que no fueron suficientemente escuchados. Hoy, el coronavirus ya deja en España un reguero de más de mil muertos y un balance superior a los 20.000 contagiados. Un 10% total del impacto mundial del COVID-19.
A las seis de la tarde del pasado jueves 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reunió en Ginebra a su Comité de Emergencias. Un equipo formado por 16 especialistas mundiales en el campo de la epidemiología. Sobre la mesa, de carácter monográfico, se encontraba el extraño e imparable brote de neumonía registrado unas semanas antes en la ciudad china de Wuhan, que en ese momento ya había infectado a 7.711 personas y acabado con la vida de 170 de ellas.
Este panel de expertos revisó la información que tenía disponible y decidió que, en base a los datos conocidos hasta el momento, el brote de ese coronavirus desconocido que ya asolaba una ciudad de 16 millones de habitantes en China debía ser declarado como un problema de dimensión mundial. Se decretó una ESPII, siglas de Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. La figura con la que la OMS define una alerta a todo el planeta. Un «atención, esto es muy grave».
Las actas de aquella reunión en Ginebra, como ha revisado OKDIARIO, no sólo alertaban del nuevo virus, sino que ofrecían una serie de consejos, casi instrucciones, para que los países del mundo se preparasen para lo inevitable: que el 2019-nCoV, hoy conocido como COVID-19, llegase a todas las naciones del mundo. Incluida España.
«Distanciamiento físico»
La advertencia emitida aquel 31 de enero fue casi tan profética como ignorada: «El Comité está convencido de que todavía es posible interrumpir la propagación del virus, si los países aplican medidas sólidas para detectar pronto la enfermedad, aislar y tratar los casos, hacer seguimiento de los contactos y promover medidas de distanciamiento físico en las relaciones sociales que estén en consonancia con el riesgo».
Medidas de distanciamiento que en España, cuarenta días después, no se cumplieron. Cabe recordar que el Gobierno animó a participar masivamente en las más de 400 marchas convocadas el 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer. Ese día había en España 673 personas contagiadas y 17 muertos. Al día siguiente, el lunes 9, ascendieron a 1.073 y 28 muertos. Sólo en Madrid, en 24 horas se duplicaron los casos pasando de 202 a 436. Hoy las UCIs de la capital están al borde del colapso total.
«Acción inmediata» en enero
«Los países deben procurar, principalmente, reducir la infección en las personas, evitar la transmisión secundaria y la propagación internacional y colaborar con la respuesta» mundial frente al virus, instaba la OMS tras aquel encuentro de expertos.
La gravedad de aquella advertencia viene marcada por los propios criterios de la OMS. La organización sólo decreta una ESPII en caso de que la amenaza sobre la salud sea «grave, súbita, inusual o inesperada», con «implicaciones para la salud pública que van más allá de las fronteras del Estado afectado» y que «necesitan una acción internacional inmediata». Una respuesta que no llegó, ni mucho menos, en la proporción suficiente.
También la UE
Tal y como informó OKDIARIO, desde el 2 de marzo, un informe del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades recomendaba a los países con casos de coronavirus en un «escenario 1», en el que situaba entonces a los miembros de la UE, prestar atención a una epidemia que podría tener «resultados fatales».
Ese informe aconsejaba, como se ha publicado, cancelar los eventos multitudinarios, como las manifestaciones del 8M que fueron alentadas por el Gobierno. Pero recogía además apreciaciones demoledoras. Los expertos sanitarios europeos advertían de que el Covid-19 es «causado por un virus contagioso, no hay terapias ni vacunas y presumiblemente no hay inmunidad preexistente». «Actualmente se considera que el riesgo asociado con la infección es moderado a alto», avisaba el dossier, «según la probabilidad de transmisión y el impacto de la enfermedad».